Gratinado de brócoli y patatas

Preparar unas verduras sabrosas en un momento es lo más fácil del mundo, un ejemplo de ello es este gratinado. Solo he necesitado dos vegetales, un poco de nata, queso y veinte minutos de mi tiempo. El resultado ya lo veis, creo que no puede ser más atractivo. De pequeña no me gustaban las verduras, las comía en medio de un guiso, y casi siempre las apartaba, o camufladas de alguna manera. En parte era porque no me las presentaban así, la cocina de casa era tradicional y el brócoli y la patata se hacían en un hervido que después machacábamos y aderezábamos con aceite, vinagre y sal; ahora me lo como con agrado, pero en esa época lo detestaba. Por eso he procurado que mis hijos aprendieran a comer el verde con gusto, unas veces lo he conseguido y otras no, si bien, algo queda. Cuando vienen a casa son ellos los que me piden cremas de verduras, potajes, rehogados, gratinados,... y yo los cocino con alegría. Me reitero en lo de siempre, aunque parezca un mantra, la comida por donde primero entra es por la vista, para después recrear el paladar, así, ambas lo agradecen.

Con esta receta participo en el proyecto de Elisa y Marisa, En buena onda, donde aprendemos y aportamos recetas cocinadas en microondas, para sacarle partido a este electrodoméstico tan poco usado en muchos hogares.

Ingredientes:

-250 g de brócoli limpio

-250 g de patata limpia

-200 ml de nata para cocinar

-100 g de queso para gratinar

-Sal y pimienta

Preparación:

Colocamos el brócoli, cortado en arbolitos, en un recipiente de microondas que pueda taparse, con un fondo de agua, un par de dedos más o menos. Cocinamos ocho minutos a máxima potencia. Sacamos y pinchamos con un tenedor para comprobar si se ajusta a nuestro gusto, si no, lo ponemos un poco más. Hacemos lo mismo con la patata, cortada en dados de un par de centímetros. Colocamos ambos en una fuente de horno entremezclándolos. Espolvoreamos con el queso. En un cuenco vaciamos la nata y le ponemos sal y pimienta. Vertemos por encima de los vegetales. Introducimos todo en el horno precalentado a 200 grados para calentar y gratinar la superficie. No debemos quitar ojo a la fuente, pues se hace enseguida. Sacamos y ¡a comer!