Este postre es casi un flan de manzana, más jugoso y afrutado, y menos calórico que el tradicional, lo que después de comidas cuaresmales se agradece, sobre todo al hablar de dulce. Todo un descubrimiento porque se me ocurre que quizás podría hacerlo con otras frutas como melocotón o pera y así variar sin pasar por alto el producto de temporada siempre más sabroso. Esta receta es una adaptación personal de algunas que he visto por las redes y que tienen en común no llevar harinas, para los intolerantes es ideal, ya que no renuncian a la categoría de buen postre con pocos ingredientes. Y encima la materia prima la tenemos al alcance de la mano y el bolsillo. Hay que hacerlo sí o sí.
Ingredientes:
-2 manzanas golden
-3 huevos
-3 c/s de miel
-1 yogur natural (de cabra)
-Chocolate negro (opcional)
Preparación:
Pelamos, quitamos el corazón y rallamos finamente las manzanas. Las ponemos en un cuenco y añadimos los huevos, la miel y el yogur. Mezclamos muy bien y ponemos en un molde de horno. A 180 grados tardó 50 minutos en hacerse, pero comprobaremos siempre con una brocheta que está cuajado por dentro. Sacamos, dejamos enfriar y rallamos chocolate negro por encima o frutos secos, eso a vuestra elección. Se lleva a la nevera hasta la hora de servirlo.