Natillas de mazapán

 Si las natillas tienen su origen en la Edad Media y aún las seguimos haciendo, no será por casualidad. Aunque en principio formaban parte de la cocina dulce de pobres por sus escasos ingredientes y sencilla elaboración, se han ido adaptando a costumbres y componentes según la tradición y zona donde se cocinen. Las mías por ejemplo, añadiendo mazapanes, las he convertido en natillas de Navidad. Y bien ricas que están, para nada pesadas tras una comida. Cierto es que no les he puesto azúcar, a mi me basta con la de los mazapanes, pero a mi marido le ha faltado, por lo que ha añadido una cucharada a su postre. Como este año estamos en plan casero navideño, he utilizado unas antiguas copas de champán para su presentación, y mira, han quedado muy lucidas. Últimamente me he hecho el firme propósito de no comprar ni un cacharro más, así que voy utilizando lo que tengo, poniendo más empeño que imaginación, ya que no debería pensar mucho, teniendo en cuenta lo atestado de mis armarios. De todas formas lo importante para nosotros va a ser pasar buenos momentos con mi madre y mis hijos, más la familia que se pueda, el resto no deja de ser atrezo, que aunque bonito, no tiene vida.

Para terminar quiero mandar besos y abrazos a todas las Inmas y Conchas de la blogosfera y algunas más, las que conozco y las que no, también. 

Ingredientes:

-1 1/2 vaso de leche

-4 piezas de mazapán

-2 huevos

-1/2 cucharadita de harina de maíz

-Canela para decorar

Preparación:

Desmenuzamos el mazapán en la leche y trituramos, ponemos a calentar. Por otro lado mezclamos los huevos con la harina. Cuando la leche comience a hervir, cogemos un cacillo y lo vertemos sobre la mezcla de huevos sin parar de remover, pues se podrían cuajar. Repetimos la operación hasta que acabemos con la leche. Devolvemos al cazo y dejamos calentar hasta que empiece a espesar. Retiramos del fuego y volcamos en los recipientes que hayamos elegido. Decoramos con canela molida.