Las alcachofas estaban buenísimas, a pesar de las fotos porque todo el sabor que les sobra por un lado, les falta en el aspecto estético. Nadie es perfecto. Y como en las cosas del comer nos inclinamos por el paladeo, aquí están. De vez en cuando me da por rellenar verduras, si en la receta anterior fueron unos pimientos, hoy les toca a las alcachofas, los que me conocéis ya sabéis que aprovecho su temporada al máximo. La novedad es que nunca les había puesto carne y por aventurar que no sea. Cierto es que voy a lo seguro por si el resultado es infumable, no me gusta desechar comida y la combinación no era arriesgada. Me sobró la mitad del relleno, no hice muchas alcachofas pues solo somos dos, lo congelé para unos espaguetis por ejemplo. Les puede pegar también un gratinado con pan rallado, ajo y perejil; yo no se lo puse, mi austeridad gastronómica a veces me sale a granel, pero como estaban ricas así, no lo consideré necesario. Las recomiendo de cualquier forma, para mi es una buena receta.
Felicidades a los padres, y Josés y Josefas.
La carne picada que utilicé para el relleno dio para dos comidas, eso sí, de dos comensales, así que la congelé para unos espaguetis otro día. Por eso envío esta receta a Marisa y su proyecto 1+/- 100 desperdicio 0, destinado al ahorro, reducción de desperdicios, reciclaje y respeto al medio ambiente.
Ingredientes:
-6 alcachofas
-500 g de carne picada de cerdo
-1 cebolla grande
-2 tomates maduros
-1 vaso de vino blanco
-1 lata de tomate triturado (400 g)
-Aceite y sal
Preparación:
Quitamos las hojas duras exteriores y un trozo de la parte superior de las alcachofas, también el tronco que las sostiene, pues las presentaremos de pie. Las cocemos en abundante agua con sal hasta que estén tiernas, pero enteras. Sacamos a un plato, las ponemos boca abajo para que suelten toda el agua.
Preparamos el relleno pelando y picando menuda la cebolla. Comenzamos a sofreírla en un fondo de aceite mientras rallamos los tomates, cuando se ponga transparente añadimos la carne. Damos unas vueltas y vertemos el vino, dejamos evaporar. Agregamos los tomates, seguimos cocinando, después de unos minutos el sofrito no tendrá nada de líquido, es el momento de retirarlo del fuego y dejar atemperar.
Quitamos con cuidado el corazón a las alcachofas, rellenamos con una cucharita, apretando bien y reservamos.
Ponemos el tomate triturado en una sartén con un poco de aceite y sal. Cocinamos hasta que se haya consumido su líquido.
Acomodamos las alcachofas en la sartén con el tomate, tapamos y dejamos hacer todo junto unos minutos. Y listas para consumir.