Cuscús de otoño

Haciendo honor a la verdad diré que a esta receta el nombre se lo he puesto yo. No se si existe un cuscús de otoño. Lo he bautizado así por los frutos secos que forman parte de sus ingredientes, típicos de esta época del año.
De cualquier forma, el nombre da un poco igual, lo realmente importante es que el plato sea apetecible, fresco y tan lleno de sabor como de color.
El cuscús es un producto cada vez más fácil de encontrar en nuestra despensa. Es simple a la hora de prepararlo y accesible a la hora de comprarlo. Se puede cocinar de distintas formas: la clásica marroquí; con verduras de primavera; solo, como acompañamiento, o bien como en la entrada de hoy con cebolla confitada en su jugo. Se puede jugar con los ingredientes: cambiarlos, sustituirlos, adaptarlos a la estación... aquí nada es sagrado. Si nos habituamos a utilizarlo, seguro que encontramos la forma más adecuada a nuestros gustos.

Ingredientes:
-200 g de cuscús
-250 ml de caldo vegetal o de pollo
-1 cebolla grande
-75 g de almendras
-40 g de piñones
-40 g de pasas sultanas
-1 cucharadita de canela
-Aceite

Preparación:
Cortamos la cebolla en juliana. En un poco de aceite la pochamos muy lentamente tapada, en placa de inducción, yo la pongo en el tres, aproximadamente una hora, se confitará en su jugo adquiriendo un sabor dulce y cambiando de color, se volverá marroncita. La destapamos
para que se evaporen los jugos que ha ido soltando y subimos la temperatura de la placa. Añadimos, las almendras, los piñones y las pasas. Rehogamos hasta que cojan un color tostado. Entonces espolvoreamos la canela y revolvemos todo para que se integren bien todos los sabores. Apartamos y reservamos.
En un bol ponemos el cuscús, vertemos encima el caldo caliente, tapamos con film y dejamos que se hidrate unos minutos.
A continuación, emplatamos, moviendo la sémola con un tenedor para que  se suelte. Cubrimos con  la mezcla de cebolla y frutos secos.