Sopa de pollo

Hay pocas cosas que alivien tanto el estómago como la sopa de pollo. Ya se lo merece después del trabajo extra al que lo hemos sometido durante unos días. Ahora toca volver a la normalidad, poner el cuerpo a funcionar de nuevo como un reloj. Y aunque todavía quedan dulces y turrones por doquier, hay que mantenerlos alejados cual demonio traidor. Se han acabado las excusas, por el momento, la dieta sana y equilibrada acecha. No sé vosotr@s, pero yo voy a dejarme llevar por ella, me muero por un caldito.

Ingredientes:

-200 g de garbanzos
-2 muslos de pollo (o medio pollo)
-2 nabos
-1 puerro
-2 ó 3 ramitas de apio
-2 ó 3 zanahorias
-1 punta de jamón
-1 puñado de fideos finos por persona
-Sal

Preparación:

Ponemos los garbanzos a remojo la víspera. Los escurrimos y los colocamos en una olla con abundante agua caliente. Mientras hierven pelamos y lavamos las verduras y quitamos la piel al pollo (yo lo prefiero así), introducimos estos ingredientes en la olla de los garbanzos junto a la punta de jamón y un poquito de sal. Lo dejamos hervir a fuego flojo una hora y media, desespumando el caldo al principio de la cocción. Pasado este tiempo, sacamos la carne, las verduras y los garbanzos a una fuente. Colamos el caldo. Según los comensales que sean y como nos guste la sopa de espesa haremos la proporción de caldo y fideos. Normalmente seria un litro de líquido por cuatro puñados de sopa. Acompañamos con los ingredientes de la cocción en la medida que más nos guste. También podemos ponerle trocitos de huevo duro y jamón