Brie empanado con crema de membrillo

       Queridos Reyes Magos:
       Este año me he portado medianamente bien, he cometido algún pecadillo, si, pero creo que puede ser perdonable. Por eso quiero pediros algunas cosas y de paso que os llevéis otras. Comenzaré solicitando salud, paz y amor. Aunque sé que son regalos muy demandados, os rogaría que hicierais un esfuerzo por llevarlos a todos los rincones del mundo, son necesarios e insustituibles. Tampoco escatiméis en sacos de esperanza, trabajo, alegría y justicia, tan valiosos como los primeros. Cuando vayáis aligerando la carga podéis recoger el hambre del mundo, el terrorismo, la maldad, la insolidaridad, la tristeza, y todo junto lo quemáis en el fuego del olvido.
        Para esta ardua tarea necesitaréis bastante energía, por lo que os he preparado un refrigerio que os ayude a seguir recorriendo la tierra cumpliendo con vuestro cometido, que agradezco de antemano.
        Espero que esta noche la Magia Real haga posible que los sueños se materialicen y conviertan el mundo en un lugar hermoso para todos los que lo poblamos.

                                                                                                                 Sinceramente vuestra:
                                                                                                                 Una bloguera cocinera

Ingredientes:

-200 g de queso brie
-Maizena
-2 huevos
-Pan rallado
-150 g de dulce de membrillo
-1 lima
-La ralladura de una naranja
-1 vaina de vainilla
-2 c/s de agua

Preparación:

Cortamos el brie en cuadrados o triángulos. Lo rebozamos en la maizena, el huevo batido y el pan rallado. Yo lo volví a pasar por el huevo y el pan rallado una segunda vez, pues me había quedado con poca costra. Lo metemos en el congelador mientras preparamos la crema de membrillo. Para ello ponemos el membrillo en un cazo, le añadimos el zumo y la ralladura de la lima, también la ralladura de naranja, las dos cucharadas de agua y el interior de la vainilla que rasparemos con un cuchillo. Ponemos al fuego y vamos dando vueltas hasta que el membrillo se deshaga y quede impregnado de los aromatizantes añadidos. Sacamos el queso del congelador y lo freímos en abundante aceite caliente. Sacamos sobre un papel absorvente y consumimos enseguida con la crema, pues está mucho más rico y la crema cuando enfría se endurece.