Patatas rellenas de espinacas

 Normalmente pondría estas patatas como guarnición, que también sirven oye, pero hoy les he querido hacer un homenaje y las he puesto de primero. La segunda razón es que llegué tarde a casa y tiré de lo que había. Afortunadamente siempre tengo patatas que me salvan la vida. Después todo es imaginar, al tiempo que recuerdas alguna recetilla que has visto no sé donde y no te acuerdas muy bien qué llevaba. Así nació este plato, sencillo, barato y rico. Y como es novedoso y seguramente tampoco me acordaré de lo que lleva en un futuro no muy lejano, le hago unas fotos y lo inmortalizo. Receta #masfacilimposible, no es que esto sea nuevo en mi blog, es otra más y quizás por ello interesante para alguien. Digo yo.

Al ser una receta nacida de #loquehayaencasa, se la envío a Marisa y su proyecto 1+/-100, desperdicio 0, que nos enseña a reciclar, no desperdiciar y respetar el medio ambiente.

Ingredientes:

-3 patatas medianas

-100 g de espinacas (resto de una bolsa de hojas)

-3 ó 4 dientes de ajo

-1 puñadito de pasas

-Aceite y sal

-Queso rallado

Preparación:

Lavamos bien las patatas, sin secar, las envolvemos en papel de plata y las metemos en el horno a 200 grados, hasta que al pincharlas el palillo salga con facilidad, yo las tuve 1 hora. Una vez cocinadas, con cuidado porque queman, cortar la parte de arriba, a modo de sombrero, y sacar la carne interior dejando medio centímetro en su pared de piel. Machacar con un tenedor y reservar. Pelar y picar los ajos, ponerlos a freir en un fondo de aceite, dar unas vueltas y añadir las espinacas, las mias eran hojitas solo, no había que cocerlas previamente, agregar las pasas, después el puré de patata reservado y sal. Mezclarlo todo muy bien y rellenar las patatas. Cubrir con queso rallado y gratinar unos minutos hasta que el queso se haya derretido. Degustar calientes.