El otoño que acaba de entrar nos prepara para la vuelta al calor de hogar. Las tardes más cortas, el olor a castañas, la rebequita mañanera, invitan a liberarnos de los calores del verano. Yo lo celebro bastante porque me gusta y donde primero lo dejo ver es en la mesa, como muestra, este arroz con menudillos que será el encargado de hacer los honores. En casa siempre se han hecho comidas con dedicación exclusiva a la casquería (publicada tengo una
sopa con menudillos) especialidad proveniente de tiempos en que se aprovechaba todo y hemos mantenido porque no tenemos reparos a la hora de comerla. Parece que productos como hígado, corazón, sesos o mollejas, levantan escrúpulos en algunos paladares, todo es respetable por supuesto, solo que yo no hago diferencia entre unas piezas y otras. Cuando preparé este arroz, me sentí orgullosa de continuar con las recetas familiares de antaño; pensar que mi cocina podía ser igual a la de mi bisabuela, salvando el contexto temporal, me sorprendía y animaba a que no quedara en el olvido. No tengo ninguna libreta escrita o recetario heredado, nos ha funcionado el conocimiento práctico de madres a hijas y a nietas, por eso quiero construirlo con lo aprendido y con mi aportación. Aquí está para quien lo considere, un legado sencillo, que a lo mejor en algún momento, es más importante que lo material.
Ingredientes:
-150 g de corazones de pollo
-150 g de higaditos de pollo
-150 g de mollejas de pollo
-2 alitas de pollo
-4 dientes de ajo
-2 pimientos verdes
-2 tomates de pera
-1 vaso de cerveza
-300 g de arroz redondo
-800 ml de agua (aprox.)
-Aceite, sal y colorante
Preparación:
Aunque la casquería la compré ya limpia en el mercado, un repasito hay que darle, quitarle las telillas o cualquier tipo de suciedad que pudiera tener, trocearla y reservarla. Me gusta ponerle algo de carne también, por eso compré las alitas, solo las partí por la mitad y churrusqué algunos pelitos. En una paellera o perol sofreímos por este orden, los ajos pelados y picados menudos, los pimientos limpios sin semillas cortados en aros, las mollejas, corazones, alitas y por último cuando está todo rehogado, los tomates rallados. Una vez reducido el agua de los tomates se vierte la cerveza, se deja evaporar el alcohol y se añade el agua. Se lleva a ebullición, se sazona, también le puse un poco de colorante para darle tono. Se deja hervir unos quince minutos, incorporamos el arroz y los higaditos. En diecisiete minutos debe quedar listo para consumir, pero todo depende de cómo nos guste la dureza del arroz, más o menos caldoso, etc., debemos ir controlando la cantidad de agua o caldo según las preferencias de los comensales. Y nada más, espero que os guste.
El arroz me gusta sea seco, caldoso, etc. Pero con el hígado no puedo, no me ha gustado nunca y seguro que es un plato rico a muy bien precio que este tipo de cocina que se transmite durante generaciones no hay que perderlo.
ResponderEliminarBesos.
Me parece una receta muy original nunca la había oído y la verdad es que me encanta el arroz. Un besote y feliz semana!!
ResponderEliminar¡Buenos días Lola!
ResponderEliminarEn mi casa, cuando yo era muy chica, mis abuelos y mis padres hacían matanza y del cerdo se aprovecha todo. No obstante mi madre hay cosas que nunca nos ha dado a comer porque a ella es a la primera a la que no le gustan especialmente o no ha considerano nunca apropiados para nosotros.
A mí nunca me pusieron un plato de asadura o una sesada delante. Y lo agradezco. Hay muy poca carne que me guste y me parece que la casquería desprende aún más olor a carne de lo que soy capaz de tolerar así que siendo adulta tampoco es algo que me haya llamado la atención.
Eso no quita que no aprecie tu arroz y tu buen hacer al aprovecharlo todo. Te aseguro que lo probaría y es probable que me gustara pero también te digo que no es una receta que un día, al menos hoy por hoy, me pusiera a hacer yo en mi casa ji ji ji
¡Besos mil!
Lola yo rebañaría tu plato, me parece tremendo de rico, y es que yo tenia una espinita clavada con este arroz y me aventuré a cocinarlo en enero y lo publiqué porque aquello estaba pa’tocarle las palmas, Jajajaja y eso que a mí me salió caldoso y más os oscuro porque añadí los higaditos troceados y desde el comienzo, pero igualmente estaba de escándalo, Jajajaja.
ResponderEliminarMe gusta el color amarillo que le has dado, aunque yo nunca cocino con colorante, prefiero la cúrcuma o mucho mejor, el azafrán, pero si hay que comerlo lo como igual.
Ese combinado con las alitas me parece genial, porque además de color le pone la nota de gracia a un plato perfecto.
Haces bien, no dejemos que decaiga nuestras recetas tradicionales y mucho menos si son familiares, porque son las mejores.
Besos.
Este arroz me recuerda a mis tiempos de jovencita cuando los pollos se vendían con sus vísceras y había que limpiarlos en casa.
ResponderEliminarLos higaditos y mollejas los íbamos guardando para hacer un arroz ¡qué rico estaba! Sin proponertelo me has traído bellos recuerdos y has despertado mis ganas de volver a degustar un arroz como el tuyo. Agradecida.
Cariños.
Kasioles
Lo que apetece este tipo de platos...creo que los menudillos le dan un sabor fantástico al arroz. Me encanta. Bs
ResponderEliminarhttp://directoalamesa.blogspot.com/
Qué bonito Lola en hacer que no desparezca esos platos que de madres a hijas se pasan.
ResponderEliminarYo he comido este arroz pero solo con higaditos de pollo. Me encantaba cuando mi abuela lo hacía. Ese día comía plato doble, y eso me venía muy bien, ya que era muy canijilla jeje
Besos
Un plato muy rico y completo para entrar en el otoño,aunque yo no lo preparo desde que mis hijos eran pequeños.... Besos
ResponderEliminarLola este plato gusta mucho en casa , asi que me comia una tapita tuya besitos
ResponderEliminarEste arroz, es un plato tradicional casero, que me lleva a mi niñez.
ResponderEliminarRIQUISIMO!!!!
A mi me gustan mucho las mollejas, las hago guisadas, el hígado no tanto porque tiendo a repetirlo, igual me sucede con el de res. Tu arroz se ve muy bueno, mucho mas si tiene esos sabores y recuerdos familiares, Besos!!
ResponderEliminarNo existen recetas mas hermosas que las de nuestras abuela madres y como tu dices visabuelas y este arroz es una muestra de ello que rico tiene que estae me ha enamorado y te lo digo de verdad verdad , la verdad que a mi me encanta la casqueria. Mil besicos princesa
ResponderEliminarHola Lola, hace mucho que no hago este arroz, a mí me gusta mucho y no sé porqué lo he dejado de cocinar. Gracias por recordar recetas de siempre, económicas y realmente delciosas. Te quedó un arroz divino. Un beso
ResponderEliminarBuenos días! El plato que no straes hoy me recuerda que hace tiempo que no compro casquería, y mira que hay cositas que me gustan. Tiene que quedar un sabor delicioso con el arroz. Yo he preparado poco, pero en casa se hacía y tanto que si. Ahora nos toca a nosotras hacer para que estas recetas no queden en el olvido. Mil gracias!
ResponderEliminarBesos.
Yo tampoco tengo escrúpulos a la hora de comer. Si una cosa no me gusta es por su sabor o textura, no por lo que es. De hecho en el blog tengo varias recetas con casquería. Es una lástima que ahora la gente la rechace, porque no sólo es sabrosa, sino que además es generalmente económica.
ResponderEliminarMe encanta tu arroz. La próxima vez que lo cocines, me dejo invitar. Yo llevo el vino.
Un beso.
Buenas noches, Lola. Ayer no me di cuenta de que habías publicado esta maravilla de arroz. Felicidades por varias razones.
ResponderEliminarLa primera, "atreverte" a publicar un plato con casquería. En estos tiempos que corren, algunos quieren imponer sus modas, pero lo peor es que no respetan a quien no sigue su doctrina. Por desgracia, eso se extiende a otros campos.
La segunda, la más importante para mí, poner en valor con todo el cariño, la cocina tradicional y familiar, sin deformación ninguna.
La tercera, poner también en valor, a la casquería, la cual hay que buscar con lupa en cualquier supermercado e incluso carnicería.
Tu arroz es un lujo y tiene que estar delicioso.
Me comería un plato ya
Besos.
Hola Lola !
ResponderEliminarEs deber nuestro no dejar que estas recetas de siempre se queden en el olvido y rescatarlas para que pasen a formar parte de nuestros recetarios, tanto por el plato en sí, como por los recuerdos gratificantes que nos aportan.
El hígado de vez en cuando lo como, pero muy de vez en cuando, la casquería me cuesta desde que era una niña, sin embargo , no por eso se deja de comer, pues a los mios les encanta y se lo suelo preparar para ellos, pues porque a mi no me guste, no los voy a castigar.
Me llevo tu receta que con el arroz seguro que les va a encantar .
Un abrazo.