Galette de merluza

 Cómo nos gustan los pasteles salados, en cuanto veo alguno diferente a los que ya preparo, enseguida me  siento atraída por él. Eso sí, tengo en cuenta el código (no escrito) de las blogueras cocineras, nunca sigo la receta la pie de la letra. He leído por Internet algunas cosas que me han parecido interesantes sobre la galette. Tiene su origen en la región de Bretaña, siendo su principal ingrediente la harina de trigo sarraceno. Nació como una crepe y con el paso del tiempo fue rellenándose con todo tipo de ingredientes, salados y dulces. La crepe común, que es la que yo he cocinado, lleva harina de trigo, está buenísima he de decirlo, pero también me gustaría probar la de su procedencia. A lo mejor un día la hago. Si la masa está buena, el relleno no se queda atrás, no he puesto huevo como otras veces, ni le ha hecho falta, tiene un sabor increíble.

Os invito a probarla porque sé que os va a gustar si sois aficionados a estos pasteles, y si no, también.

Ingredientes:

Masa:

-300 g de harina

-150 g de mantequilla

-50 ml de agua fría

Relleno:

-1 cebolla

-2 dientes de ajo

-300 g de merluza limpia

-100 ml de nata de cocina

-100 g de queso rallado

-9 tomates cherrys

-1 huevo para pintar los bordes

-Aceite, sal y pimienta

Preparación:

Preparamos la masa poniendo la harina con la mantequilla fría a trozos. Empezamos a trabajarla con los dedos hasta que adquiera la consistencia de unas migas, vertemos el agua y seguimos amasando hasta que se haga una bola. La envolvemos en papel film y la llevamos al frigorífico por espacio de media hora como mínimo.

Para el relleno, picamos la cebolla y los ajos menuditos; una vez estén tiernos se añade la merluza limpia en daditos. Se mezcla todo bien hasta que la merluza se ponga blanca. Vertemos la nata, sal y pimienta, volvemos a mezclar. Fuera del fuego se pone el queso y se integra bien con la masa. Reservamos.

En una superficie limpia espolvoreamos algo de harina. Sacamos la masa del frigo, la estiramos con el rodillo dando forma redondeada, el tamaño será superior al espacio que ocupe el relleno. La enrollamos un poco en el rodillo y la ponemos en una fuente de horno que habremos cubierto con papel vegetal. Ponemos el relleno en medio, bien estirado, repartimos los tomatitos por la superficie,  doblamos los bordes hacia el interior, haciendo unos pliegues en la masa. Batimos un huevo y pintamos dichos bordes con él. Introducimos en el horno precalentado a 190 grados, calor arriba y abajo, en el tercio inferior, para que se haga bien la masa sin que se queme la superficie. Yo la tuve 40 minutos. Después la puse en el tercio superior 7 ó 8 minutos, hasta que cogió un poquito de color. Y ya está. Se puede degustar caliente y fría.