Tarta de yogur

 Por lo que leo en la blogosfera, soy una valiente porque soy capaz de encender el horno con la que está cayendo. Pero cuando las ganas de dulce asoman y encuentro una receta (por varios sitios) que me gusta, es fácil y no implica pasarse mucho con la dieta, allá que voy sin anestesia, total, se trata de sudar un poco más. La tarta sorprende por su sabor pese a la austeridad de ingredientes, lleva cuatro; solo lleva el azúcar de los yogures y de la mermelada que le puse por encima, que por cierto, era un tarrito que tenía desde Navidad, venía dentro de una caja que nos regalaron. Con las cantidades que indico sale un pastel pequeño que nos comimos enseguida, en parte por esa razón y porque nos gustó mucho. Como la preparación la hice para casa, y no soy muy manitas que digamos, no me esmeré demasiado en la decoración, si ponéis frutas vistosas, chocolate, perlitas, etc., cambia enormemente de aspecto. Por último decir que este pastel es ideal para las no reposteras como yo, lo sacamos de postre en una reunión veraniega y quedamos fetén.

Al utilizar un tarrito de mermelada antiguo, de Navidad, para que no llegara a estropearse, envío esta receta a Marisa  con el objeto de que forme parte de su proyecto de aprovechamiento, destinado al ahorro, reducción de desperdicios, reciclaje y protección del medio ambiente.

Ingredientes:

-4 yogures naturales con azúcar 

-3 huevos grandes

-40 g de harina de maíz

-Mermelada de frambuesa

Preparación:

Poner los yogures en un bol y mezclarlos con una varilla, yo utilicé una manual. Añadir los huevos al tiempo que batimos, agregar la harina de maíz e integrarla perfectamente con los ingredientes anteriores. Cubrir un molde de 20 cm con papel vegetal humedecido, para que se adapte bien al recipiente, verter la masa y llevar al horno precalentado a 180 grados, por espacio de 35 ó 40 minutos. La parte externa queda más dura, mientras  que la interna está cuajada. Cuando enfríe, llevamos a la nevera unas 6 horas, o de un día para otro, yo lo tapé. Ya solo queda decorarlo o cubrirlo de mermelada, así quedó buenísimo.