Rollitos de pescado rellenos de mozzarella

 Este fin de semana es cuando en mi casa empieza oficialmente la Navidad. Alguno hay que lleva días comiendo polvorones, pero el árbol se monta en el puente de la Constitución-Inmaculada. También es el comienzo de comidas navideñas, sin que eso signifique atiborrarse a diario. Ejemplo de ello sería esta dorada, que fácilmente encontramos ya fileteada en el supermercado. Al ser un pescado poco jugoso, le va bien un relleno, a mi se me ha ocurrido que sea mozzarella fresca porque a mis queseros, y me incluyo, nos gusta. No deja de ser una receta diferente a lo habitual, el sabor suave del queso fresco en el pescado, junto al calabacín tierno y la bechamel cremosa, forman una armonía perfecta. Cuando cojáis el rollito y lo pongáis en el plato, no olvidéis acompañarlo con la salsita y el calabacín, a mí con las prisas se me olvidó para la foto.

Ingredientes:

-2 doradas fileteadas

-1 bola mozzarella fresca

-1 calabacín

-2 c/s de mantequilla

-2 c/s de harina

-1 vaso de leche desnatada (aprox.)

-Aceite, sal y pimienta

Preparación:

Pelamos (se puede dejar la piel) y troceamos el calabacín en rodajas finas. En una fuente de horno ponemos un poquito de aceite y cubrimos con el calabacín, yo las tuve que superponer porque era grande. Introducimos en el horno a 200 grados hasta que las veamos tiernas. Las doradas ya venían fileteadas, pero le quité la piel también. Las salpimentamos por ambos lados. Cortamos la mozzarella en trozos que quepan dentro de los rollitos bien, a mi me sobró queso y por eso lo puse después en la bechamel. Colocamos el trocito de mozzarella en la parte ancha del filete de pescado y enrollamos. Hacemos lo mismo con los demás. Sacamos el calabacín del horno, acomodamos los rollitos sobre él, les ponemos un hilito de aceite y volvemos a meter en el horno. Mientras, hacemos la bechamel. Disponemos la mantequilla en un cazo, dejamos que derrita, volcamos la harina y rehogamos, añadimos la mozzarella en trocitos y seguimos cocinando. A poquitos vamos añadiendo la leche al tiempo que con una varilla damos vueltas. Salpimentamos. Cuando veamos la crema con un espesor ligero, retiramos del fuego. Sacamos la bandeja del horno, vertemos la bechamel por encima, la sobrante la echamos también. Metemos al horno hasta que coja colorcito. Y listo para consumir.