Albóndigas de choco con salsa de tomate

Mi amiga Puri del blog La cocina de Radio Filabres, me ha regalado un mortero guay, que pesa lo suyo, de marmol macael. Enseguida me he puesto a pensar qué podría cocinar para utilizarlo porque en cuanto lo he visto me han entrado unas ganas locas de hacerlo. He abierto la nevera y ahí estaba el choco acabadito de comprar, así que decisión tomada: albóndigas. He picado el ajo y el perejil como una niña con zapatos nuevos. Me pierdo por un cacharro de cocina, no lo puedo remediar. Le doy las gracias a Puri porque siempre es muy atenta conmigo y os dejo testimonio gráfico de la receta y del mortero. Bonito, ¿verdad?.

Ingredientes:

Para las albóndigas:
-1 choco (sepia) de 1 kg aprox. entero
-200 g de pan del día anterior
-2 vasos de leche
-1 puñado de perejil
-6 dientes de ajo
-1 huevo
-Pan rallado
-Harina para rebozar
-Aceite y sal
Para la salsa de tomate:
-6 dientes de ajo
-1 cebolla
-1 kg de tomates maduros
-Unas hojas de albahaca (yo no le puse porque no tenia)
-Aceite y sal

Preparación:

Ponemos a remojar el pan en la leche. Limpiamos el choco y lo picamos a trocitos muy menudos. Lo colocamos en un colador para que escurra el agua que pudiera soltar. En un cuenco mezclamos el choco, el pan remojado y escurrido, el huevo, el ajo y el perejil muy bien picados con un poco de sal y el pan rallado que necesite para endurecer la masa hasta que se puedan formar bolas ya que suele quedar blanda. Metemos en el frigo para enfriar y que se puedan manipular mejor. Mientras, preparamos la salsa. Pelamos y laminamos los ajos, la cebolla a trozos, los tomates pelados y cortados a cuadraditos. En un fondo de aceite ponemos estos ingredientes por ese orden más la sal, finalizaríamos poniendo la albahaca. Cuando la verdura está bien pochada la trituramos fina con batidora. Reservamos. Sacamos la masa de las albóndigas de la nevera y hacemos bolitas con ella que pasaremos por harina, las freímos en abundante aceite y las metemos en la salsa de tomate donde se cocinarán diez minutos más para que cojan el sabor y se terminen de hacer.