Berenjenas a la importancia

Si nos gustan unas patatas a la importancia, no podían ser menos unas berenjenas. Quedan más tiernas, no embeben tanto el caldo y son algo más ligeras. Mi marido dice que le hartan más que las patatas, lo que no debe ser un aspecto negativo según se mire, pero yo creo que solo es una cuestión de hábito alimentario. Se pueden alternar las dos opciones perfectamente y así variar el menú al tiempo que lo hacemos más completo. Esta bloguera cocinera gusta hoy de ponerlas en la palestra y que sirvan como difusor de ideas a quienes pueda interesar, además de ser un motor que estimula mi cerebro a diario con tanto experimento. Todos ganamos o esa es la intención. Tratándose de una receta lo que importa es que agrade y para eso hay que probarla. A ello os animo, si es que a primera vista apetece hacerlo. Como últimamente algunas andamos muy cinematográficas, terminaré con una famosa frase, final también, pronunciada por Humphrey Bogart en Casablanca: "Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad." Al menos para mi lo es.

Ingredientes:

-1 berenjena ( o dos si no son muy grandes)
-2 huevos
-2 c/s de harina
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-3 ramitas de perejil
-1 vaso de vino blanco
-Caldo o agua y 1/2 pastilla de caldo
-Aceite y sal

Preparación:

Pelar la berenjena y hacerla rodajas gorditas, como de un centímetro, a quien le guste con piel que se la deje. Ponerlas en una fuente y espolvorear de sal. Mantener media hora más o menos. Lavarlas debajo del grifo y secarlas. Batir los huevos y mezclarlos con harina a poquitos hasta obtener el espesor deseado, ni muy espeso, ni muy líquido, lo suficiente para que al rebozar la berenjena quede bien impregnada. Bañamos las rodajas en esta masa y las freímos por tandas en abundante aceite caliente, solo vuelta y vuelta, se terminarán de hacer en la salsa. Sacamos a un papel absorvente.
Pelamos la cebolla y la picamos menuda. La freímos en un fondo de aceite. Cuando esté pochada añadimos los dientes de ajo y el perejil picados. Rehogamos y vertemos el vino blanco. Dejamos evaporar el alcohol e incorporamos el caldo o agua con la pastilla, una cantidad suficiente para bañar las berenjenas hasta la mitad más o menos. Sazonamos al gusto. Introducimos las berenjenas y cocinamos unos diez minutos, comprobar que estén tiernas pinchándolas con un tenedor. Y ya están listas para acompañar o consumir al gusto.