Sopa de castañas

 La castaña es un producto de lo más representativo del otoño, no necesita nada, solo asarla, para que esté buenísima, pero va bien en cantidad de recetas. Hoy la presento en un caldito que nos ha encantado para iniciar una comida. Es más una crema que una sopa, todo depende de la cantidad de caldo que le pongamos, de un litro dejé un vasito porque nos gusta más espesita, pero habría que añadírselo todo. 
Elegir una sopa resulta bastante fácil, o difícil según se mire, hay tantas y tan variadas que podríamos tomar más de una cada día del año, por eso se agrupan por estaciones y los productos que le son propios. Aún así las combinaciones son infinitas, hacer una selección de ellas es algo personal y transferible a quienes quieran probar nuestras creaciones, unas originales y otra plagiadas, siempre con ese toque propio que las distingue.
Me gusta la sopa de castañas, pero tiene una pega, pelarlas. Hay que hacerlo cuando están calientes y se meten en las uñas, esto es lo peor, aunque una vez se solventa la dificultad, cada cual como puede, sus aplicaciones merecen la pena, pues son riquísimas. Así pues, os animo a que no os quedéis con las ganas de probar este plato que podéis personalizar como queráis porque estoy segura que no tiene desperdicio en vuestras mesas.

Ingredientes:

-600 g de castañas

-1 patata pequeña

-1 cebolla

-800 ml de caldo de verduras

-100 ml de vino dulce (puse Pedro Ximénez)

-100 ml de leche evaporada

-Aceite, pimienta y sal

-4 dientes de ajo

Preparación:

Precalentamos el horno a 200 grados. Hacemos un corte lateral a las castañas, las ponemos sobre una bandeja y las asamos unos 15 minutos. Las vamos de sacando de cinco en cinco, para que no se enfríen las otras mientras pelamos éstas. Reservamos. Picamos la cebolla y la ponemos a rehogar a fuego suave en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Pelamos y cortamos en cuatro trozos la patata y la incorporamos a la cazuela junto con las castañas, salpimentamos y seguimos rehogando unos minutos. Vertemos el vino, dejamos que reduzca hasta que evapore el alcohol. Agregamos el caldo, llevamos a ebullición, bajamos el fuego y cocinamos unos 20 ó 25 minutos. Trituramos la sopa y añadimos la leche evaporada, mezclamos todo y reservamos. Salteamos los ajos fileteados en un poco de aceite. Cuando sirvamos la sopa, le ponemos unos ajitos fileteados por encima. Está buenísima.