Empanadillas de pisto

 Estas empanadillas las hice en Semana Santa, en casa hay que tener algo hecho para el picoteo de los días no laborables, que algunos no paran (de comer). Comprando las obleas, se hacen enseguida y ni te cuento si tenemos un resto de pisto, pero más fácilmente desaparecen. Están más ricas recién hechas por lo crujientes, aunque si sobra alguna y se pone blandita, tampoco es desdeñable. Bajo el lema de "sanas y ligeras", por estar cocinadas al horno, nos podemos poner púos, que nadie nos tildará de glotones, aún cuando lo seamos. Esto se llama "buscar las vueltas a las cosas"; en el caso de las empanadillas se puede hacer una y mil veces, ya que ofrecen un sinfín de posibilidades de relleno, salado o dulce, y doy fe de que todas las que he probado están para montarles un piso. Aquí las dejo por si a alguien  le interesa la idea, no os invito porque volaron hace muuuucho.

Ingredientes:

-1 cebolla

-1 pimiento verde

-1 berenjena

-4 tomates pera maduros

-16 obleas de empanadillas

-Aceite y sal

-1 huevo para pintarlas

Preparación:

En primer lugar hay que hacer el pisto si no lo tenemos de otra preparación. A mi me sobró un poco después de rellenar las obleas, pero solo está buenísimo también.

Pelamos y picamos la cebolla, el pimiento verde y los ponemos a sofreír en un fondo de aceite. Hacemos lo mismo con la berenjena y cuando lleven un rato rehogando y los veamos tiernos, añadimos los tomates rallados. Sazonamos y dejamos hacer hasta que el conjunto esté bien cocinado y mezclado. Apartamos y dejamos atemperar. Rellenamos las obleas poniendo en cada una un par de cucharaditas de pisto en un lado, cerramos a la mitad, marcamos con un tenedor y las vamos colocando en una fuente de horno que habremos cubierto con papel vegetal. Cuando las tengamos todas, batimos el huevo y las pintamos con una brocha de cocina. Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 190 grados hasta que estén doradas, unos 20 ó 25 minutos. Sacamos y listas para degustar.