¿Quién puede venirse del mercado sin un romanesco (o romanescu)? Es tan bonito! Y está hecho para Navidad, con esa forma perfecta de arbolito cónico. Pues nada, al cesto. Y como ya que voy aprovecho para comprar pescado, añadí unas gambitas y unas almejas para acompañarlo. Receta facilísima y buenísima, nada pesada, sirve para compensar el superávit de algunos días, sin dejar de celebrar. Enlazo otras opciones por si os decidís más de una vez por esta verdura: "en salsa de almendras", "en salsa mornay"o "crema". Si para algunos no es muy conocido, os diría que le dierais una oportunidad, por si al final os gusta.
Con esta receta despido este año bloguero no sin antes desearos una muy Feliz Navidad en la mejor compañía. Nos vemos en el Año Nuevo, no me faltéis ninguno porque aunque estaré disfrutando lo que pueda con los míos, me acordaré de todos y todas y os echaré de menos.
Ingredientes:
-1 romanesco mediano
-300 g de almejas
-500 g de gambas
-1 cebolla
-2 dientes de ajo
-1 c/s de harina
-1 vaso de vino blanco
-1 cacillo de caldo de cocer el romanesco
-Aceite y sal
Preparación:
Lavamos las almejas y las ponemos en agua con sal para que vayan soltando la arena.
Troceamos el romanesco en arbolitos y lo cocemos en agua con sal unos veinte minutos.
Pelamos las gambas separando las cabezas y eliminando el caparazón. En un fondo de aceite, ponemos las cabezas apretándolas para que suelten su jugo, después de unos minutos, sacarlas y reservar el aceite. Troceamos una cebolla menuda y los dientes de ajo, comenzamos a sofreirlos en ese aceite. Cuando estén tiernos, añadimos la harina, rehogamos y vertemos el vino. Dejamos evaporar un poco el alcohol, sazonamos e incorporamos el romanesco junto a un cacillo del agua de cocción. Vamos acomodando las almejas y las gambas, tapamos la cazuela y dejamos cocinar hasta que las almejas se abran y las gambas cambien de color. Y listo para degustar.


