Cuando vi este choco hermoso (sepia o jibia) en el mercado, decidí de inmediato que se vendría conmigo, no sabía aún como hacerlo pero algo se me ocurriría. Si no tienes mucho tiempo, ni muchos ingredientes específicos, la solución es optar por lo más fácil, aunque me diréis y con razón, que es lo que siempre hago; un choco en tomate está buenísimo y no lo tenía en el blog, así pues... Que sea una receta para Navidad lo dejo a vuestra elección, a mi también me gusta hacer platos especiales en esta fecha, como a todo el mundo, pero no a diario, necesitamos un variadito más simple para descansar y renovar fuerzas. Si lo acompañas con patatas fritas o arroz blanco, rozas la gloria, sin exagerar, puede ser otro día de fiesta y... un día es un día, ¿no decimos eso siempre?
Ingredientes:
-1 choco grande
-1 cebolla
-2 o 3 dientes de ajo
-400 g de tomates maduros (yo puse una lata de tomate triturado)
-1 cucharadita de harina
-1/2 vaso de vino blanco
-Aceite y sal
Preparación:
El pescadero limpió el choco quitándole la piel negra exterior y lo cortó en taquitos.
Pelamos la cebolla y los dientes de ajo y troceamos menudos.
En un fondo de aceite doramos el choco, sazonado, a fuego fuerte y sin moverlo mucho para evitar que suelte agua, sacamos y reservamos.
En ese mismo aceite comenzamos a sofreír la cebolla y los ajos. Cuando estén tiernos, añadimos la harina que rehogaremos y vertemos el vino, dejamos evaporar. Agregamos el tomate y el choco. Volvemos a sazonar. Cocinamos todo hasta que el choco quede tierno.




