Crema de remolacha

 Una de las pocas verduras de temporada que aún no había metido en la olla para hacer una crema es la remolacha. Puede que ese color rojo chillón me impresionara en la mesa, pero todas mis dudas acabaron cuando la preparé, ese puntito dulce que me gusta encontrar en algunas comidas, lo lleva incluido en sus propiedades. La cremita es sabrosa, de sabor fresco, admite bastantes tropezones, yo le puse unos picatostes, si nos apetecen unos trocitos de manzana, almendras o algún germinado, le caben perfectamente, como sabéis, la imaginación en la cocina es un valor. Hasta ahora solo la había empleado en ensaladas, siempre la compro ya cocida con lo que es muy cómoda consumirla, pero después de experimentar algo con ella, sorprende su facilidad para integrarse sin problemas en muchas recetas ofreciendo otros modos de cocinado muy factibles. Ahora el mercado nos brinda la posibilidad de encontrarla durante todo el año e internet cantidad de propuestas para prepararla, así que solo hay que decidir si le damos una oportunidad. Fácil está el asunto.

Ingredientes:

-1 zanahoria

-1 manzana

-1 cebolla

-3 remolachas cocidas

-Aceite, sal y pimienta

-2 rebanaditas de pan

Preparación:

Pelamos la zanahoria y la cortamos en trozos. Descorazonamos la manzana, la pelamos y la troceamos también. Cortamos la cebolla en plumas y las remolachas en pedazos. Vertemos aceite en una olla y rehogamos la cebolla. Una vez esté transparente, añadimos los demás vegetales. Cubrimos el conjunto con agua, tapamos y cocinamos veinte minutos. Colocamos los ingredientes en un vaso batidor, salpimentamos, añadimos caldo y trituramos. Si después de ello nos gusta más líquida, añadimos algo más de caldo. Emplatamos la crema y decoramos con picatostes, frutos secos, germinados o lo que más nos guste. Yo le puse unos trocitos de pan cortados en dados y fritos.