Albóndigas de carne con salsa de tomate y bechamel

La idea de preparar esta receta se la robé en un principio a Bruno Oteiza, aunque también la he visto en algún blog amigo como  Cocina dicharachera. Luego, como hago siempre, yo la he cocinado "my way". Me gustó la combinación de colores y sabores que presentaba. Y no me equivoqué, ¡menudo trio! ni el del la-la-la (oh, que antigua soy). La cuestión es que ha tenido éxito en la mesa, lo que en mi caso es un logro porque no siempre sucede. Parece ser que peco (según mi hijo) de exceso de comida saludable, como si eso fuera sinónimo de insipidez, más aún cuando considero que la buena cocina es la más sabrosa. Quizás la untuosidad de las dos salsas junto a las bolas de carne picada pueda parecerse en algo a la comida rápida que tan del gusto es de muchos jóvenes; si es así, me alegro, ya que disfrutarán de un plato completo y nutritivo que les proporcionará energía a esos metabolismos bulliciosos. A lo mejor va a resultar que no es tan difícil ponerse de acuerdo en lo que a gustos y salud se refiere, ¿no creéis?

Ingredientes:

-1 lata de tomate triturado (de 400 g)
-300 g de carne picada de vacuno y cerdo
-80 g de pan
-Leche
-4 dientes de ajo
-1 puñadito de perejil
-1 huevo
-1 puñadito de pan rallado (opcional)
-Aceite y sal
-2 c/s de mantequilla
-2 c/s de harina
-2 vasos de leche (aprox.)

Preparación:

En primer lugar hacemos el tomate frito. Yo lo hice de la forma más simple, aceite, sal y tomate natural triturado de lata. Me gusta más que el tomate frito comprado. Poner al fuego y hacer hasta que reduzca. Para las albóndigas ponemos la carne en un cuenco, le añadimos los ajos y el perejil picados menudos, el pan  escurrido, que habremos cubierto previamente de leche para remojarlo, el huevo y la sal. Mezclamos bien y si consideramos que la mezcla queda blanda, le podemos poner pan rallado hasta obtener el espesor necesario para hacer las bolitas. Una vez hechas las freímos en abundante aceite de oliva. Las vamos sacando y colocando sobre papel absorvente. Reservamos. Ahora preparamos la bechamel. En un cazo ponemos la mantequilla, cuando se derrita agregamos la harina, vamos moviendo con una varilla para que se tueste, vertemos la leche (que puede ser desnatada) a poquitos mientras vamos batiendo con la varilla. Cuando tenga el espesor que nos guste, le ponemos sal y alguna especia que nos apetezca como nuez moscada, yo no le puse. Cubrimos el fondo de una fuente de horno con el tomate frito, encima vamos colocando las albóndigas, por último napamos con la bechamel. Gratinamos en el horno y ¡listo!