Bacalao con pasas y piñones

Una cuaresma sin bacalao es como un huevo sin sal. Sosa. Y eso que este pescado era considerado en la antigüedad como un producto austero, fácil de conservar, que permitía sustituir a la carne, considerada un lujo. Afortunadamente ésto ya no es así y un montón de buenas recetas lo avalan. La de hoy por ejemplo, recogida en el libro "Cocina catalana de toda la vida: las mejores recetas de mi madre", de Joan Roca en homenaje a su madre Montserrat. Curiosamente  esta señora reconoce que nunca ha tenido tiempo para leer un libro de cocina, y que todo lo que sabe se lo enseñaron las mujeres de la familia. Otra vez salen a relucir las abuelas que tanto han tenido que ver en ese conocimiento culinario que ha traspasado generaciones. Yo quiero recordar, a propósito de esto, a la mía que junto con mi madre fraguaron los cimientos de tantas comidas que a diario concibo. Mi agradecimiento a las dos. Sin ellas tampoco existiría este blog.

Ingredientes:

-700 g de lomos de bacalao desalado
-2 cebollas
-2 tomates
-2 dientes de ajo
-Unas ramitas de perejil
-70 g de pasas
-70 g de piñones
-1 puñado de almendras tostadas
-Una rebanada de pan
-Agua, aceite de oliva, sal

Preparación:

Ponemos una cazuela al fuego con un buen chorro de aceite, freimos la rebanada de pan, también freí las almendras, pues las que tenía eran crudas. Reservamos. Enharinamos el bacalao y lo freímos hasta que esté dorado. Reservamos.  En la misma cazuela con un poco de aceite, empezamos a hacer el sofrito con la cebolla picada muy fina, añadiendo el tomate rallado cuando esté dorada y dejándolo cocer. Añadimos las pasas, los piñones y un vaso de agua y dejamos cocer cinco minutos. Añadimos el bacalao y dejamos cocer diez minutos más. Mientras, preparamos la picada con los ajos, las hojas de perejil, las almendras y el pan frito; desleirla bien y añadir a la cazuela, dejando cocer dos minutos más. Servir inmediatamente.