Algunos bizcochos de chocolate tengo ya en el blog, pero os aseguro que el de hoy es uno de los más ricos, aunque siendo sincera ahora mismo no me acuerdo del sabor de todos. Mi familia dice que parece un brownie de jugoso que queda, indicativo de que está bueno, ya que son mis mayores críticos. Algo que he aprendido al usar distintos tipos de harina sin gluten es que en la mayoría de los casos los bizcochos parecen tartas al cortarlos, de tiernos y húmedos que están. Pensé en congelar una parte, he visto hacerlo por la red y tenía ganas de probar, pero no hay manera, empezando por mí que cada vez que paso por su lado le quito un pellizco, de ahí que no prepare muchos. Es puro vicio.
Si queréis hacer amigos, no lo dudéis, deleitarles con un regalo como este y os los llevaréis al huerto.
He utilizado el microondas para derretir el chocolate, así que envío este bizcocho al proyecto en buena onda que llevan a cabo Elisa y Marisa, destinado a dar a conocer la buena utilización de este aparato en la cocina.
Ingredientes:
-200 g de chocolate negro para postres
-100 g de harina de arroz
-100 g de azúcar
-3 huevos
-80 ml de bebida vegetal de avena
-70 ml de aceite
-1 cucharada de levadura
-1 pizca de sal
-100 de chocolate negro para cobertura
Preparación:
Derretir el chocolate para postres en el microondas a intervalos de 30 segundos, removiendo cada vez, hay que tener cuidado que no se queme. Añadir el aceite y la bebida vegetal. Mezclar. Batir los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté esponjosa. Incorporamos el chocolate anterior y remover todo. Tamizar la harina de arroz junto con la levadura y la pizca de sal. Volver a mezclar el conjunto. Pintar con aceite o mantequilla la base y paredes de un molde, en este caso utilicé uno de rosco. Verter la masa, igualar e introducir en el horno precalentado a 180 grados, unos 30 minutos. Recordar que hay que pinchar el interior para comprobar que está hecho. Dejamos enfriar. Derretir el chocolate de cobertura en el microondas o al baño María, si queda muy espeso añadir un chorrito de leche. Volcar sobre el bizcocho y decorar a vuestro gusto, aunque esto es opcional.





